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El objetivo colchonero de la jornada de ayer era terminar la misma en cuarta posición. Lo que modernamente se dice depender de sí mismo. Y lo consiguió. Podía haber sido mejor si hubieran empatado el Villarreal y el Valencia, pero aún así todo está encaminado para conseguir la cuarta plaza el próximo fin de semana en el Manzanares.

Y todo se lo debemos a Diego Forlán. El jugador que ayer marcó tres goles, que se pone Pichichi de España y es el favorito para alcanzar la Bota de Oro, lo cuál supondría para él un magnífico premio y también para el ATM.

Poco podemos contar del partido salvo lo que dicen o escriben los periodistas que asistieron al mismo. La infecta Sexta nos dedicó una jornada vergonzosa desde el punto de vista deportivo e informativo. Con continuos cortes en los partidos, e incluso, haciéndonos creer que las imágenes que emitían eran en directo, como si no estuviéramos todos con la radio encendida, y supiéramos que emitían las jugadas más importantes y los goles en riguroso diferido. Fue un odioso fiasco, ¿preludio de lo que nos espera la temporada que viene?

Volviendo al Atleti quiero terminar diciendo que creo que para la inmensa mayoría de aficionados está siendo un final de temporada inesperado. No podíamos pensar que los futbolistas estuvieran tan convencidos de poder lograr todas las victorias que están consiguiendo. Jugar con esa determinación y seguridad no es propio de los futbolistas rojiblancos. ¿Algo está cambiando?

Que nadie nos despiste, todavía queda un punto por conseguir.

El vídeo con los goles del Ath de Bilbao – At de Madrid se puede ver en Mediateca.

El apunte: Diego Forlán lleva siete partidos consecutivos marcando gol, algunos a pares y otros de tres en tres. Es el primero por delante de Eto’o en la lucha por el premio de la Bota de Oro.

Corona de laurel: para Forlán por sus tres goles de ayer, por sus últimos partidos, por su empuje, su sacrifio y porque ha sido el que ha sostenido al Atleti en el último tramo de la temporada.

Cuchara de palo: para la infecta Sexta por el simulacro de retransmisión que ya se sabía que iba a ser un descontrol, y la verdad es que no defraudó.