La gente tenía ganas de fútbol. Y se notó en el Calderón, que presentó unas gradas a rebosar. Nos hemos acostumbrado, definitivamente, a que la Liga comience mientras muchos españoles siguen disfrutando de los últimos días de vacaciones del verano -a la fuerza ahorcan-. Hemos aceptado, mediante imposición, muchas costumbres futboleras de otros países y ésta es una más. Y lo peor es que se copian las que contravienen nuestras costumbres y no las que pueden mejorar el espectáculo. En cualquier caso, todo obedece al negocio. El fútbol no puede parar, la caja tiene que seguir registrando.
El Atlético del curso 15/16 se presentaba ante su afición con muchas expectativas. Las que se han ido creando durante la pretemporada debido, principalmente, a los, a priori, prometedores fichajes que se han ido realizando durante la misma. Mas Simeone lo había advertido hace unos días: «Hay que confirmar con hechos las expectativas que se han creado«. Y de nuevo hay que darle la razón.
El partido comenzó de forma esperanzadora, con el público entregado y los futbolistas con ganas de dar a la afición una victoria, además de espectáculo. Y lo consiguió durante quince minutos. El Atleti fue dominador absoluto de este período de partido, consiguiendo anular a la UD Las Palmas, que no podía sino tratar de neutralizar los ataques rojiblancos. El primer gol de la temporada llegó pronto y lo marcó Griezmann, el más acertado de los delanteros del año pasado y, por lo visto, del inicio de éste. El de ayer lo anotó de falta y con algo de fortuna.
Las Palmas no se amilanó después del tanto del francés, al contrario de lo que se cabría suponer a un recién ascendido. Comenzó a discutirle la posesión del esférico al Atleti y en varias fases del partido salió vencedor. Con unos peloteros más que decentes y una excelente colocación de todos sus hombres, la UD logró neutralizar el dinamismo rojiblanco de los primeros minutos. Y es ahí dónde el Atlético tiene su mayor deficiencia: el centro del campo. Como en años anteriores no se ha querido o no se ha podido fichar a ese centrocampista aglutinador y conductor del juego que tanta falta hace.
Simeone recurrió a la ya tradicional pareja Tiago-Gabi para manejar el equipo. Aunque ambos firmaron un partido decente, ninguno de ellos le dio al equipo la creación del juego que necesitan los delanteros, como era de prever. Óliver, al que que había muchas ganas de ver, lo intentó en ocasiones y en algunas de ellas pareció que lo podía conseguir, pero su actuación de ayer quedó en poco más que destellos. Óliver no es un organizador del juego, al menos, a mí no me lo parece. Sí que es un futbolista con calidad que puede ser decisivo en tres cuartos de campo, sin embargo, necesita que le lleven el balón hasta esa posición.
Ése, el del centro del campo, es el rompecabezas más difícil que tiene que resolver Simeone. El entrenador tiene algunas opciones, como por ejemplo, Thomas, aunque éste es un centrocampista defensivo. Otra posibilidad es colocar a Koke de mediocentro, cuestión ésta que Simeone parece haber descartado casi antes de probarlo. Se habla de la posibilidad de fichar a Kranevitter, futbolista que a tenor de los entendidos, es otro centrocampista que domina el trabajo de contención. Así que poca solución a este problema puede ofrecer el argentino.
El partido discurría muy soso, si bien se creaba cierta expectativa cuando el balón lo tenía Óliver, salpicado además con la esperanza de que Jackson pudiera estrenarse como goleador en su primer partido. No fue así; ni tuvo ocasiones. Si acaso una en la segunda parte después de un centro de Filipe Luis. Salvo esta ocasión, en la que corrió perfectamente al desmarque, el delantero colombiano estuvo más perdido que Piliph Marlowe al comienzo de la investigación de un crimen. Al colombiano se le vio fuera de sitio y sin recursos para deshacerse del ahogamiento que le producían los defensas del equipo canario. De vez en cuando se dejaba caer a posiciones más retrasadas para entrar en contacto con el balón. Fue evidente que Jackson necesita una mejor preparación física y tiempo para acoplarse a su nuevo equipo.
Simeone intentó reconducir el partido dando entrada a Fernando Torres por el mencionado Jackson. Pero el ariete madrileño tampoco solucionó mucho. Se le vio pasado de vueltas, con ganas de agradar desde, incluso, antes de saltar al césped. El equipo se retrasó unos metros para buscar, sin éxito, el contragolpe que pudiera sentenciar el partido.
Y en esto salió Ángel Correa. El pequeño delantero argentino sí que metió más revoluciones al partido, lo cual, por otra parte, no era nada complicado visto el cansino ritmo en el que había degenerado el mismo. Nada más salir un par de recortes en la banda izquierda levantaron al público de sus asientos. Correa se presentó en el Calderón con descaro y atrevimiento, con ganas de agradar, y lo consiguió. Fue lo más destacable de la noche.
No es justo sacar conclusiones de este primer partido. Simeone tiene más opciones que otros años, cuenta con más futbolistas que pueden ser titulares. Ni Savic ni Carrasco ni Vietto tuvieron la oportunidad de debutar. Hay que dejar que transcurran las jornadas para ver cómo el entrenador argentino es capaz de darle forma a este nuevo e ilusionante Atlético.
Vídeo-resumen del partido Atlético de Madrid – UD Las Palmas
El problema es que se busca más la posesión y el toque, pero faltan -como bien se apunta en el texto -futbolistas que hagan posible la idea. De otro lado, hay «overbooking» en las posiciones de ataque, de nuevo la línea más reforzada tras el pobre rendimiento de los fichajes del año pasado, y se sigue sin apostar fuerte por un futbolista creativo, de último pase -presiento que irán por un nuevo Rivas/Cani en enero como viene siendo habitual.
Así las cosas, no tardarán los rumores sobre las suplencias de Vietto y Carrasco, dos futbolistas de calidad pero que tendrán difícil brillar con la competencia que hay. Y digo yo, ¿con esos 45 millones no se podría haber traído a Pajnic o Herrera?
Equilibrio señores.
Comparto su comentario. Desconozco la razón, pero el Atleti no ficha centrocampistas creativos desde hace mucho tiempo. Ahora, parece que se quiere cambiar el estilo, sin embargo, no se tienen los hombres adecuados. Me da la impresión de que Simeone aún no tiene claro la forma de jugar y, por tanto, tampoco cómo conseguirlo.
Saludos.