0

La hora de la verdad: final de la Copa de Europa Atleti-Real Madrid

Gabi gol al Real Madrid

Todo está listo. Todo dispuesto. La orejona dormirá en Lisboa al igual que los jugadores del Atleti y del Madrid. La afición llegará más tarde; hasta ciento veinte mil calculan en Lisboa, la mayoría sin entrada pero con ganas de disfrutar de la fan-zone y de la victoria de los suyos in situ, apenas a unos cientos de metros del estadio.

En Madrid también habrá jaleo. Cuarenta mil en el Calderón y otros tantos en Castellana. Bares, peñas y hogares vivirán con intensidad el partido… ¡qué partido, señores!

Muchos soñábamos con una final de Copa Europa del Atleti desde hace lustros. Una revancha del 74. Al final, será contra los blancos y, no me jodan, ¿puede haber un rival mejor?

Un Madrid – Atleti es uno de los mejores espectáculos futbolísticos que se puede apreciar, hoy por hoy, en el fútbol europeo y mundial.

Los blancos viven obsesionados con la décima desde hace doce años y han conducido la temporada a la consecución del anhelado título y el Atleti, qué decir del Atleti. Esta final es el sueño eterno, la tierra prometida, la parusía del atleticismo. Ganar la Champions es cerrar el círculo y representaría para los colchoneros la consecución de todos los títulos continentales. Ganar la Copa de Europa es desterrar al «pupas» para siempre y, ganársela al Madrid, supera el mejor de los guiones.

Ciertamente, en una final, no hay favorito. Todo dependerá de la cabeza y del corazón; de sentirse cómodo, de ganar la batalla táctica y de imponer el ritmo de partido más adecuado y más irritante para el rival. La entrega, la lucha y la fe serán las otras variables de la ecuación.

Así pues, no hay que preocuparse especialmente de los onces titulares ni tan siquiera de las bajas. En este sentido lo único claro es que Xabi Alonso no juega, que Pepe es seria duda y que Benzema podría no llegar. Por parte de los rojiblancos es duda Arda y queda pendiente el culebrón Costa.

El Atleti ha jugado con maestría la carta del despiste. No lo duden, el Atleti con Costa no es ni parecido al Atleti sin Costa y la incertidumbre de su presencia es un arma más. La ciencia médica afirma con rotundidad que si hay rotura no hay recuperación posible, con o sin placenta de caballo o de yegua. Pero algunos sospechamos que Costa no va a faltar en la última batalla. El lagarto es como el Cid, dispuesto a ganar muerto pero de cuerpo presente. ¿Quién querría perderse esta final?

Disfruten señores. Si viajan, vayan con cuidado en la carretera. Si tienen entrada griten a los suyos como la ocasión merece. Si van al Calderón vivan su magia y si se quedan en casa escojan la compañía adecuada porque este partido lo recordarán el resto de sus vidas.

Imploremos pues la hierofanía de Neptuno en las aguas atlánticas y mostremos dulía a nuestro venerado Luis. Ahora más que nunca su concurso es más que necesario. Aúpa Atleti, forza Atleti, dale Atleti… El equipo campeón, los mejores porque sí.

Madrileño y rojiblanco exiliado en Cataluña. Atlético fiel y siempre a contracorriente.

Los comentarios están cerrados.