forzaatleti

El mejor del partido

Tiago

Viana do Castelo

02-05-1981

• 228
• 19
• 11
• 62
• 2

Gabi

Madrid

10-07-1983

• 417
• 10
• 38
• 139
• 8

Les hablaré de sentimientos. De los que se han vivido esta noche en el Calderón, en una noche mágica, como las que un día nos han contado que sucedieron. Como las que hemos visto en youtube y hemos leído en las enciclopedias, pero que nunca, muchos de nosotros habíamos experimentado en nuestra vida de aficionado atlético. Este es el Atleti que siempre hemos querido ver y vivir, del que nos habíamos enamorado y que un mal día nos robaron.

Simeone y los futbolistas están escribiendo algunas de las páginas más brillantes de los 111 años de historia del equipo colchonero.¡Y pensar que hace dos años y medio estábamos al filo del abismo! Mucho se ha dicho y escrito de Simeone. Más se seguirá diciendo y escribiendo. Sin embargo, por mucho que sigamos diciendo y escribiendo nadie podrá expresar el agradecimiento que debemos a este hombre. -Leer Cuatro aspectos en los que el Atleti es mejor que el Barcelona, en forzaatleti-.

Creyó en sí mismo y confió en los jugadores que le dieron. Él no los había elegido, pero no iba a ser ése un obstáculo para seguir creyendo. Primero es creer, luego convencer, por último construir. Sin dejar de creer en ningún momento. Ésta, la fe, es para mí la causa de la transformación del Atleti. -Leer Una cuestión de fe, en forzaatleti.

Llegar al partido decisivo, el que puede dar el pase a semifinales de la Copa de Europa 40 años después y no poder contar con el jugador más determinante de la plantilla: Diego Costa, ni con el más talentoso: Arda Turan; no cabe mayor desgracia. ¿Qué equipo no se resentiría? ¿Oímos quejarse a Simeone? ¿Quizás fue Gabi el que mencionó la irreparable pérdida de sus compañeros? Al contrario, el entrenador comenzó el partido un día antes diciendo que Adrián sería titular y marcaría un gol. Con este mensaje, Simeone empezó a marcar el rumbo del partido a sus jugadores y al Barcelona.

El Atleti no echó de menos a Diego Costa ni a Arda porque tiene una idea de juego, la domina a la perfección, la ejecuta magistralmente y tiene una fe inquebrantable en ella. No importa el rival ni las circunstancias. Podríamos destacar la solidez defensiva, el halo de Courtois, la cabeza de Raúl García, la personalidad de Koke, la garra de Gabi, el saber estar de Tiago, la profesionalidad de Villa y la resurrección de Adrián. Nada de eso sería sin la fe.

Si a todo eso unimos 55.000 corazones animando durante más de dos horas sin parar, la ecuación es perfecta. Los sobresaltos del transcurrir del partido no terminan de dejar a uno disfrutar en toda su extensión del espectáculo. Cantas, aplaudes, te enfadas y te inquietas con tan solo unos segundos de diferencia. El tiempo que va entre el disparo al larguero de Villa y el remate a bocajarro del gol de Koke. Y así, 90 larguísimos minutos en los que vas maldiciendo al larguero, te lamentas de la ocasión fallada de Gabi, suspiras en el cabezazo de Messi. Y vas viendo que aquéllo que pensaste que nunca vivirías: una semifinal de la Copa de Europa del Atlético de Madrid está aquí.

Gracias Simeone, una y mil veces más. Gracias futbolistas.