Liga
Jornada 12
Atlético 2
Athletic 0
Atlético: Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis, Gabi, Tiago, Koke, Adrián (Raúl García, 72'), Diego Costa, Villa (Rodríguez, 83')
Athletic: Iraizoz, Iraola, Gurpegi, Laporte (Albizua, 69'), Balenziaga (Morán, 36'), Rico, San José, Beñat (Susaeta, 54'), De Marcos, Muniain, Aduriz
Goles
1-0 Villa (32')2-0 Diego Costa (41')
Trabajar para ganar. Ganar para ser feliz. Ser feliz para hacer felices a los demás. No hay mayor satisfacción personal que hacer felices a otras personas, incluso a aquellas a las que no se conoce. El médico que sana una enfermedad, el conductor del autobús que, con una sonrisa, recibe a los pasajeros con buenos días. El mundo está llena de grandes noticias y pequeños detalles que hacen la vida más agradable .
El Atlético de Madrid nos está haciendo felices. Ni nos acordamos ni nos queremos acordar de aquellas tardes de domingo en el que nos íbamos a la cama taciturnos y con el morro torcido, de esos despertares de los lunes en los que la primera imagen que venía a nuestra mente era del maldito partido del puñetero Atleti.
El equipo se ha ganado a pulso el respeto de los rivales. Salen al rectángulo de juego convencidos de que sólo un milagro les salvará de la derrota. Por el contrario, el Atlético de Madrid, aferrado a la fuerza moral que da saberse casi invencibles, cree en la victoria desde el principio aunque el contrario salga con cierta valentía como hizo el Athletic de Bilbao en el primer cuarto de hora del partido.
Hace falta algo más que arrancar el partido con valentía para hacer tambalear al Atleti. El partido, tarde o temprano, se decantará a su favor, primero por ocasiones de gol, luego por dominio y al final por el resultado.
Antes de que el Athletic pudiera empezar a creerse que tenía dominado el partido llegó la primera jugada de verdadero peligro. Koke vio muy bien el demarque de Diego Costa por la banda izquierda y le tiró un balón en profundidad. Éste se dirigió como un poseso hacia la portería vizcaína y remató desviado. Fue suficiente para meter el miedo en el cuerpo de los jugadores del Athletic. Se dieron cuenta de dónde estaban y contra quien jugaban. La defensa se tambaleó. Iraizoz fue un flan a partir de entonces.
Apareció al fin Adrián en dos combinaciones con Juanfran. La primera muy artística, tirando un sombrero al demarque del lateral cuyo centro fue rematado por Villa al centro de la portería. En la segunda, el centro llevó peor dirección: la cabeza de un defensa contrario. El deficiente despeje de éste dio con el esférico en la frontal del área donde Villa, en semivolea, no desperdició la siguiente oportunidad y anotó el primer gol de la tarde.
Mejora Villa. Si los goles son la prueba por la que se juzga a los delanteros, cuatro goles en tres partidos son atenuantes con peso suficiente para creer que es posible volver a verle de nuevo como en sus buenos tiempos.
No deben concederse segundas oportunidades a Villa ni tampoco a Diego Costa. El Athletic lo hizo y lo pagó con el segundo gol. La jugada fue también por la izquierda. Costa optó esta vez por un costaregate, en vez de un disparo de primeras, para poder perfilarse hacia la diestra y rematar a la red con un derechazo inapelable.
El partido se volvió aburrido en la segunda parte. El Athletic no creía y el Atlético de Madrid no lo necesitaba. Tuvo, aún casi sin pretenderlo, varias oportunidades. La más nítida de todas un testarazo de Villa que remató a las manos del portero cuando se encontraba solo en el área. El partido se acabó con una jugada clarísima de gol, en la que ni Gabi ni Raúl García acertaron con el remate.
En espera del siguiente partido, vivan tranquilos, un grupo de profesionales dirigidos por Simeone trabaja duro para hacernos cada día más felices.