El Atlético de Madrid B llegaba a la penúltima jornada sin nada que hacer, apeado de la pelea por los puestos de ascenso, sólo le quedaba luchar por la honra de la elástica que visten. Para ello recibían en casa al colista, CD Marino, con la ilusión de conseguir una gran victoria que dejase buen sabor de boca antes de las vacaciones. Pero no pudo ser. Los colchoneros fueron derrotados 0-1 ante el rival más débil del campeonato, dejando una pobre imagen en el Cerro del Espino para despedir lo que podía haber sido un año de ensueño.
El cuadro atlético se encontraba mermado por las bajas, con la convocatoria ya habitual de Óliver Torres con el primer equipo, Manquillo fuera por decisión técnica y Kader, Thomas y Alfredo Santaelena expulsados en el anterior partido. Por otro lado, volvía junto al resto de sus compañeros Saúl Ñíguez, con la función de levantar a este equipo tras el batacazo en Salamanca. Los desajustes en el once inicial pueden ser una de las causas que justifiquen la posición de este filial, ya que siempre que el míster daba con la tecla, Simeone se encargaba de desbaratar este proyecto llevándose a las perlas con el primer equipo.
El partido fue raro, al igual que el once que saltó al campo. El central, César Órtiz, que venía siendo titular indiscutible toda la temporada, se quedó en el banquillo. Alfredo no dio explicaciones de su suplencia, pero todo parece indicar que tras el error garrafal en el Helmantico, el capitán iba a ser castigado de alguna manera.
Saúl, en la medular, era el encargado de sacar el partido a delante. El encuentro comenzó con un ritmo endiablado, con ocasiones para ambos conjuntos. Los primeros en mover ficha fueron los canarios, con un cabezazo de Ayoze que salió rozando el palo. Y, nada más salir el balón, los rojiblancos respondieron con un potente disparo de Borja Galán que complicaba las cosas al meta del Marino.
La mejor ocasión iba a ser para los colchoneros, una falta al borde del área lanzada por el hombre con más calidad del terreno de juego, Saúl Ñíguez. El ariete, que la temporada que viene estará con los mayores, puso el balón en la mismísima escuadra del meta visitante. Matías, lejos de achantarse, le contestó con una prodigiosa parada acompañada de un fuerte golpe con el poste, todo para evitar el primer tanto rojiblanco. El empate no se movería hasta el descanso, a pesar de que después los canarios lo intentaron con más ahínco.
La segunda mitad se desarrolló sin muchas sorpresas. Los locales estaban algo nerviosos al no poder sacar adelante el partido ante un rival descendido y los visitantes luchando por despedirse de la categoría de bronce con dignidad. Bono se lució tras el descanso, dejando detalles de lo buen portero que es y, si algún día la portería del Calderón se queda huérfana, él podría reemplazarla. Palabras mayores.
El gol visitante llegaría en el minuto noventa, tras una larga jugada y varias faltas no pitadas al Marino, el balón le llega a Rafa que la ajusta al palo para anotar el definitivo 0-1, dando la segunda victoria del Marino lejos de las islas.
Los colchoneros, por su parte, se despidieron con derrota del Cerro del Espino y ya no volverán a jugar allí hasta la próxima temporada. Es una pena despedirse así, pero nada puede manchar la buena temporada de los canteranos que estuvieron luchando por el ascenso hasta el tramo final de temporada. Ahora, toca pensar en el último partido que será fuera de casa y, tras esto, planificar el próximo año con la ilusión de conseguir el objetivo, luchar por el ascenso.
El jugador del Atlético de Madrid Saúl Ñíguez, canterano rojiblanco, se ha mostrado orgulloso después de disputar sus primeros minutos como rojiblanco en la competición doméstica ante el Sevilla, en el partido disputado este domingo, asegurando que «debutar en Liga con el Atlético es lo máximo».