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Contradicciones

El Atlético de Madrid nunca debió fichar a Gregorio Manzano. Una vez cometido el disparate solo quedaba esperar cuando se montaría el desaguisado. No tardó mucho tiempo; dos meses, más o menos, le duró la elaboración de la receta a Manzano.

A pesar de que Gil Marín había dictado sentencia tras el bochornoso partido contra el Español, en una decisión irresponsable del máximo accionista, Caminero salió a comunicar que le confirmaba por tres partidos más, justo lo que necesitaba Gregorio para convertir el desaguisado en un plato definitivamente incomestible.

Manzano intentó, sin éxito las más de las veces, que el equipo jugara a un fútbol basado en la posesión del balón. En muchos partidos logró ganarla, pero muy pocas veces la tradujo en goles y en victorias. Y el equipo se fue deshaciendo a medida que pasaban los partidos.

Gil fichó a Simeone como medida populista. Un fichaje que, entre otros candidatos, fue solicitado por la grada. El Cholo es la antítesis de Manzano. Defensa y velocidad en contrapunto al fútbol de toque. Personalidad dominante contra el presidente ejecutivo del club de sosos empedernidos. Un volantazo de ciento ochenta grados a mitad de la travesía. Una contradicción lógica si del Atlético de Gil estamos hablando.

Realidades

Manzano dejó el grupo hecho unos zorros anímica y futbolísticamente. Una eliminación copera por un equipo de Segunda B y dos derrotas consecutivas en liga mediante.

La primera medida de Simeone fue recuperar la confianza y el estado de ánimo de la tropa. Anoche lo consiguió. Pertrechó una defensa más sólida de lo que estábamos acostumbrados a ver. Más tensión, más concentración, más entrega. Por ahí el equipo no defraudó.

Otra cosa fue el juego de ataque. Simeone confió las bandas a dos jugadores poco estilosos: Juanfran y Salvio que eran los que no queríamos. Sacrificó la calidad por la entrega, demostrando que el primer objetivo era no perder. Poco para el Atlético de Madrid que todos deseamos, bastante para el Atlético de Madrid actual.

El técnico argentino entregó el mando del ataque a Diego y a Falcao. Al brasileño se le ve con intención, pero en ningún caso está siendo el jugador decisivo que esperábamos. Falcao demasiado solo, necesita un compañero de ataque que de momento no va a tener.

Simeone tiene un próximo objetivo: definir un estilo de juego. Creo que lo conseguirá. Diferente va a ser que esa idea de juego case con la grada y con la historia del Atlético de Madrid. ¿Hay futbolistas para un juego más vistoso que el de anoche? Probablemente sí, si en las próximas alineaciones entran Turan y Adrián, dos de los mejores de la temporada. ¿Hay jugadores para realizar un juego a la altura del Atleti de siempre? Rotundamente, no.