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Diego Costa, el Bravo, titulé la crónica del encuentro que disputó el Atlético de Madrid contra el Osasuna en Pamplona la temporada pasada. En aquél partido, Costa tuvo una actuación soberbia: anotó los tres tantos de la victoria y, probablemente, pensó que su vida futbolística había cambiado para siempre.

Costa es un trotamundos del fútbol. Llegó al Atleti en la temporada 2006/2007. Pero hasta el curso pasado no tuvo ficha en el conjunto colchonero. El fútbol, el que no sale en las portadas de los periódicos deportivos, ni tampoco en el papel cuché de la prensa rosa, es muy duro y Costa lo sabe. Lo ha ido aprendiendo en cada una de las cuatro temporadas en las que se vistió otras tantas camisetas, antes de ponerse la rojiblanca por primera vez el año pasado.

En su segunda temporada en el Manzanares y cuando pensaba que tendría el camino más despejado por las ausencias de Kun Agüero y Forlán, una maldita lesión, la más maldita de todas, le cortó de raíz toda esperanza. Es el momento en que sales en los medios de comunicación por penúltima vez, el día de la operación es la última. A partir de ahí solo queda un túnel largo y oscuro en el que es imposible atisbar, si quiera, una mínima luz de esperanza. Por eso, quienes hacemos el podcast Esto es Atleti hemos querido entrevistarlo, para darle ánimos, para que nos cuente cómo va su recuperación, para que nos confiese cuáles son sus esperanzas e ilusiones.

La lesión

Antes de iniciar la entrevista, no sabemos qué Diego Costa nos vamos a encontrar: abatido y triste o por el contrario animado y confiado. Nos tranquiliza percibir, desde el primer instante, que tiene ganas de charlar y desahogarse. Nos cuenta que está mucho mejor y que hace lo máximo para volver cuánto antes. Cuando se produjo la lesión no se lo creía «piensas que es mentira, que no pasó eso». Trabaja con los fisioterapeutas del club en el gimnasio para volver cuanto antes y muestra mucha confianza en sí mismo «tengo condiciones para volver». «Asenjo (que ha sufrido dos veces la misma lesión qué él) se ha volcado conmigo» y nos asegura que le ha ayudado mucho.

Su futuro

Afirma con mucha convicción que no volverá a aceptar una cesión, como ya hicera en otras ocasiones y que solo continuará vinculado al Atleti si forma parte de la primera plantilla. Confiesa que durante este verano «tuvo opciones de salir del Atleti», pero «tenía mucha ilusión y confianza en seguir». Él está convencido de «que este segundo año hubiera sido más fácil, ya que conocía a muchos compañeros». «Si fuera para tener pocos minutos, querría salir, [del Atleti], porque soy joven y quiero jugar». «Quiero lo mejor para mí y para el equipo».

A pesar de haber jugado 39 partidos la temporada pasada nos dice: «No conté con muchas oportunidades porque el Atleti es un club grande y tenía una gran competencia». Para que yo hubiera rendido mejor «faltó que el equipo tuviera más tiempo la pelota». Y termina agradeciendo a Quique las oportunidades que le dio, aunque, reconoce amargamente, que en muchos de esos partidos solo pudo disputar los últimos minutos.

La actualidad del equipo

Transmite mucha confianza en sus posibilidades y en las del equipo aunque ahora el Atleti pase por una mala racha sin anotar goles y sin ganar durante varios partidos consecutivos. «El Atleti tiene que estar arriba, tiene que ganar, ganar y ganar» afirma con rotundidad.

Le preguntamos por Falcao y no duda en responder «es un goleador nato». «En los primeros partidos metía todos los balones que tocaba y ahora no le llegan balones con tanta claridad. Él está tranquilo porque sabe que cuando la tenga, la va a enchufar».»No es del estilo del Kun ni de Forlán, es un jugador distinto, tiene mucha presencia en el área y las enchufa siempre».

«El equipo está bien y sabemos el potencial que tiene, la gente está confiada».

El móvil de Diego Costa

Fue el teléfono móvil más famoso del verano en el Atlético de Madrid. No podíamos terminar la entrevista sin hacer referencia a esta anécdota. Y la encaja la pregunta con estilo y asegura que él tenía un teléfono brasileño y por eso no le pudieron localizar. «En tres años siempre me ha pasado algo, así que la próxima vez reservará el billete para salir con tres o cuatro días de antelación».

Se despide dando muestras de tranquilidad y confianza. No está nervioso por su futuro. Tras unos meses de rehabilitación solitaria y silenciosa,  ya ve una débil pero esperanzadora luz al final del oscuro túnel en que le metió una maldita lesión un día de julio en un entrenamiento «hay que esperar a que me recupere del todo y después estaré listo para entrenar. Luego ya veremos».

Para escuchar la entrevista clic aquí.