Me tiemblan las canillas. Desde hace horas. Voy a hablar con un grande de la reciente historia del Atleti. Un futbolista que me ha hecho disfrutar, que nos ha hecho disfrutar a los atléticos, como pocos. Voy a llamar a Milinko Pantic para proponerle que conceda una entrevista a Esto es Atleti.
– Ring, ring (Pantic desculega el teléfono)
– ¿Milinko Pantic?
– Sí, soy yo
– Hola, Milinko, me llamo Julio y hago un programa de radio por internet dedicado al Atlético de Madrid, que se llama Esto es Atleti y te queríamos proponer que nos concedieras una entrevista.
– Estupendo, contesta Pantic. ¿Cuándo quedamos?
– ¿No podría ser ahora?
– Me tengo que ir ahora mismo a jugar un partido de fútbol a Ciudad Real.
Concertamos una nueva llamada para después del fin de semana.
Cuando uno tiene la posibilidad de hablar con Pantic se da cuenta de que es como lo había imaginado. Aunque no deja de sorprenderme, tan acostumbrados como estamos a ver tantos don nadies presuntuosos que van perdonando vidas al mismo tiempo que pestañean. Encantador, humilde, como si uno de los héroes del doblete de la 95/96 hubiese sido un primo suyo y no el mismo Milinko Sole Pantic con el que estoy hablando.
Comenzamos la conversación hablando de cómo se presenta la nueva temporada del Atlético de Madrid. Le pregunto a qué puede aspirar el Atleti este curso. No me contesta con una frase que se refiera a posibilidad, sino con otra que afirma, que indica obligación, «el Atleti debe aspirar a luchar los títulos, luego se puede ganar o no, pero hay que lucharlos». Ésa ha sido desde siempre la esencia del Atlético y Pantic lo sabe muy bien. Esta frase representa un espíritu ganador que siempre tuvimos, pero que se ha ido perdiendo paulatinamente, y del cuál no queda prácticamente nada.
Pantic es el nuevo entrenador del Atlético B y me imagino que todos los jugadores que estén a sus órdenes le habrán pedido el autógrafo de rigor. Por lo menos, es lo primero que yo hubiera hecho si fuera futbolista del equipo B. Quizás ninguno recuerde nada de cuando Milinko fue jugador, pero al menos habrán visto vídeos de él, o sus padres se lo habrán contado.
No entró en detalles al respecto de los rumores que le apuntaban como entrenador del primer equipo tras la no renovación de Quique. Pero, se mostró agradecido por la confianza que han tenido en él y confiado en sus posibilidades para, algún día, entrenar a un equipo de Primera División y que ese equipo sea el Atleti.
Cuando le pregunto por el momento que recuerda con más cariño de su etapa como jugador del Atlético de Madrid menciona el gol de la victoria en la Copa del Rey, pero también recuerda, sin que yo se lo pida, aquél partido en que marcó cuatro goles en el Camp Nou y que el Atleti perdió 5-4. Es humilde hasta para eso.
Lo que de verdad recomiendo es que escuchéis la entrevista completa en el podcast de Esto es Atleti para que descubráis un poco más, a Milinko Pantic, gran jugador y mejor persona.
El Gran Milinko Pantic se dignó a venir a jugar un torneo que organizó el club del barrio en Alcalá de Henares. El Atlético de Madrid, a través de la Fundación Atlético de Madrid, entrenaba a chavales gratuítamente los viernes por la tarde durante algo más de un par de horas. Esto lo hacía en varias localidades de Madrid. El «jefe» de estos entrenadores era Pantic. Alguna vez apareció en alguno de los entrenamientos. Quizá una o dos veces. Pero el club del barrio, como todos los años al finalizar la termporada, organiza un torneo invitando a equipos de todas las categorías y esta vez se les ocurrió decírselo al entrenador que venía que si les gustaría ser uno de los equipos invitados, a lo que respondió que lo hablaría con Pantic. Este no solo estuvo encantado con la idea, sino que fue uno de los jugadores en su equipo. Eran partidos de Fútbol 7, pero se vió la maestría que seguía teniendo al sacar los corner. Pero lo más alucinante es que no se quejó en ningún momento de toda la gente que nos quisimos hacer fotos con él, estuvo hasta el final, hasta que recogieron el trofeo que les correspondía como campeones (era evidente la superioridad) y se mostró como una gran persona, amable y con gran simpatía. Es grande, muy grande.
Whomples. Una anécdota muy clarificadora la que nos cuentas de cómo es Pantic como persona. Un mito al que todos los atléticos deberíamos reconocer como tal. Me temo que algunos de los más jóvenes ni sepan quién es.
Un abrazo.
¡Qué envidia nos da Don Julio! Ha tenido usted la oportunidad de poder comprobar que las leyendas no tiene por qué ser lejanas y distantes.
Esperemos que no pase mucho tiempo antes de que pueda sentarse en el banquillo del primer equipo.
Un abrazo.
Pues sí don Emilio. Un encanto este señor.
Yo creo que puede llegar a ser entrenador del primer equipo a nada que lo haga bien en el B. Aunque habrá que esperar un tiempo. Ojalá sea así y pueda contagiar ese espíritu ganador que tiene.
Un abrazo.
Un gran atlético. Le auguro éxito. Sólo le falta quitarse una losa: ser demasiado progil y porcerezo desde que leía en El mundo Deportivo. Me gusta más la gente atrevida.
No tiene más remedio que hacer equilibrios, supongo. Trabaja en el Atlético de Madrid.
Un saludo.
Un gran atlético. Le auguro éxito. Sólo le falta quitarse una losa: ser demasiado progil y porcerezo desde que leía en El mundo Deportivo. Me gusta más la gente atrevida.
Julio, dices temer por que las nuevas generaciones no sepan quién es Pantic. No te preocupes, lo conocerán como técnico. Y de los buenos, estoy seguro.