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Ya lo dijo Guardiola en las preliminares del encuentro: el Atlético de Madrid sólo había perdido una vez en las siete últimas visitas del Barcelona. Si a esto le añadimos las importantes bajas en defensa y que en los últimos 25 años de todas las veces que el Barcelona llegó como líder no ganó ninguna vez, el Atlético estaba preparado para mancillar el inmaculado expediente blaugrana.

Pero es el Barcelona, el equipo que deslumbró la temporada pasada, el equipo que no sólo no había perdido nigún encuentro sino que no había ido por debajo en el marcador ni un sólo minuto de los 21 partidos disputados de la presente temporada. Pero, al Atleti estas cuestiones de números le importan más bien poco. Es especialista en hacer saltar por los aires cualquier razonamiento lógico cuando entra en acción con la determinación, la seguridad en sus posibilidades, el instinto vencedor y el apoyo de la hinchada, tal y como ocurrió ayer.

Se demostró que al Atleti le molan los partidos contra el Barcelona en el Calderón, es una especie de rito y de verdad absoluta que les ganamos a los culés. Contra el Barça, el Atleti recupera su esencia, la del equipo triunfador a base de entrega, lucha, calidad en algunos de sus jugadores y sobre todo contragolpe.

Así se gestó el primer gol, a partir de un balón que roba un acertadísimo Reyes y que tras driblar a un par de contrarios cede un pase magistral para que Forlán, en su versión acostumbrada de goleador, machacara el tanto que permitía empezar a soñar con una nueva victoria rojiblanca.

El Barcelona nunca creyó en la remontada porque el Atlético le quitó la idea de la cabeza. Jugó con una seguridad desconocida en defensa, con un Domínguez que progresa en cada partido y un centro de campo que se comió a esos grandes pequeños del equipo catalán. Si a eso le añadimos la peligrosidad del Kun y de Forlán, el Barça nunca estuvo cómodo en el césped.

Y es que por más que hayamos ganado al líder, lo más importante era la necesidad de sumar tres puntos de nuevo en esta mediocre campaña de los nuestros. Ganar al Barcelona tiene mucha más repercusión, pero el Atlético debe mirarse a sí mismo, repasar el partido de ayer y decirse que pueden realizar una segunda mitad de la temporada que nos permita sentirnos orgullosos de ser del Atlético de Madrid, como lo fuimos ayer, como lo somos hoy y como lo queremos ser siempre.

A la contra: Tiago estuvo menos brillante que en partidos anteriores, pero junto a Assunçao ha logrado darle el equilibrio al equipo que necesitaba. Es la pieza de la máquina que sin ella nada funciona, pero que con ella funciona con precisión suiza.

El apunte: De todos los partidos que el Barcelona ha disputado siendo líder, siete, en el Calderón en los últimos 25 años ha perdido 6 y ha empatado 1. Fuente Alexis Martín Tamayo.

Corona de laurel: Simao estuvo especialmente participativo en todo el encuentro. La falta de velocidad se puede suplir con entrega y pundonor y con un golazo magistral.

A los leones: