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En los últimos tiempos los fondos de inversión que operan en el fútbol han cobrado mucho protagonismo. Se oye, se escribe, se habla de los fondos de inversión, pero ¿cómo nacieron? ¿cuál es su historia? ¿cuál es su modelo de negocio? ¿cómo operan? Escribiré sobre los fondos en general y sobre Quality Sport Investment -en adelante QSI-, en particular, el fondo de inversión más conocido de todos los que existen. Para escribirlo me he basado en otros artículos publicados en medios de reconocido prestigio, tal y como comprobará el lector a medida que vaya avanzando en la lectura del mismo. Se trata, por tanto, de poner en orden la información que he ido encontrando para facilitar el conocimiento sobre estos, al principio de su existencia novedosos, y hoy métodos de financiación bastante habituales en algunos clubes de fútbol.

El primer artículo que he encontrado en la prensa española se tituló: «Una oportunidad única de inversión«, publicado en El País el 8 de agosto de 2011. Comienza con una frase lapidaria del Secretario General de la Asociación Europea de Agentes de Futbolistas, Roberto Branco:»El fútbol es un gran negocio. Ya no es solo un juego y no lo volverá a ser. Por eso los clubes actúan como compañías en ese mercado enorme«.

Los fondos de inversión que actualmente operan en el negocio del fútbol nacieron para resolver los problemas de financiación de los clubes de fútbol. Debido a la crisis económica de principios de esta década, los bancos negaron el crédito que habitualmente les concedían a los clubes y estos encontraron la solución en los fondos de inversión. Si ellos -los clubes- necesitan financiación para fichar futbolistas, nosotros -los fondos- se la facilitamos. Así de fácil.

Ésta es la razón por la que se crearon los fondos de inversión en el mundo del fútbol. Estas nuevas entidades financieras, que comenzaron a florecer en Europa a principios de esta década, ya eran comunes en Sudamérica desde hacía varios años atrás. El primer caso del que se tiene conocimiento, o por lo menos el más famoso y polémico, fue el fichaje de Mascherano y Tévez por el West Ham en 2006.

En un artículo publicado en la web de la BBC, el 31 de agosto de 2006, se informa de que Carlos Tévez y Javier Mascherano han firmado por el West Ham procedentes del Corinthians brasileño. El club de los Hammers emitió un comunicado que se enorgullece del «haber derrotado a algunos de los clubes más poderosos de Europa al asegurarse los servicios de ambos jugadores». Sorprendente, pero correcto, al menos aparentemente.

En realidad quien estaba detrás del fichaje de los futbolistas argentinos era Media Sport Investement, verdadero propietario de los derechos de ambos jugadores, un fondo vinculado al empresario iraní Kiavash Joorabchian. Esto se supo unos meses más tarde, tal y como relata David Conn unos años más tarde, marzo de 2009, en una publicación en The Guardian: Cuando Mascherano fue traspasado al Liverpool en enero de 2007, «se supo que dos compañías, vinculadas a Kia Joorabchian, eran las propietarias de los derechos de los jugadores«. «Las propiedades de terceros van en contra de las normas de la Premier League, ya que ésta cree que los préstamos de las propiedades de terceros de Joorabchian influyen sobre los asuntos de los equipos, puesto que pueden decidir cuándo se venden a los jugadores«, afirma Conn.

En abril de 2007, la Premier League llevó a los tribunales al West Ham imponiéndole una multa de 5,5 millones de £. Desde entonces, la entidad organizadora de la liga inglesa prohibe que los clubes que participan en ella tengan jugadores cuyos propietarios sean terceras personas o empresas diferentes de los propios clubes.

Cuatro años más tarde de los hechos anteriormente contados, David Bond, periodista de la BBC publica un artículo titulado: «Las propiedades de terceros asoman de nuevo la cabeza». En él escribe: «Fue una sorpresa, quizá, descubrir que un nuevo fondo ha sido creado por el exdirectivo del Chelsea, Peter Kenyon, y por Jorge Mendes, el agente de José Mourinho y Cristiano Ronaldo para invertir en los derechos económicos de futbolistas«. El nombre del fondo era: Quality Sport Investment LP Fund.

El fondo buscaba inversores en Europa, América y Asia que aportaran una cantidad mínima de 1 millón de £. El dinero recaudado se invertiría de dos formas:

1. Siendo socio financiero de clubes que formaran a jóvenes talentos. A cambio el inversor recibiría una participación en la rentabilidad obtenida cuando se vendieran estos futbolistas.

2. Invirtiendo, directamente, en los contratos de los futbolistas, lo cual de nuevo, daría rentabilidad cuando estos fueran vendidos.

Bond tuvo acceso a uno de los folletos informativos que QSI hizo llegar a personas ricas que pudieran estar interesadas en este tipo de inversión. Se prometía una rentabilidad anual del 10% durante el tiempo de vida del fondo, entre tres y cinco años. El fondo no invertirá, seguía diciendo el folleto, en Inglaterra porque las propiedades de terceros son ilegales, pero en su lugar, se invertirá en clubes de Portugal, Turquía y España.

En el artículo de El País al que me he referido al principio del artículo se asegura que Mendes no aporta sus futbolistas al fondo, ahora bien, su participación y la de Kenyon son fundamentales, ya que «si ambos decidieran desvincularse del negocio, los inversores pueden cancelar futuras inversiones«. En este folleto podía leerse que: «los asesores [Kenyon y Mendes] apuntan a los [clubes] portugueses Sporting de Portugal, Sporting de Braga y Benfica y al Atlético de Madrid para identificar y traspasar a jugadores de primer nivel«.

La FIFA comenzó a investigar los fondos de inversión sólo dos meses después de que el gran público tuviera conocimiento de ellos, ya que consideraba que podía haber un conflicto de intereses en el que «podrían haber incurrido el representante Jorge Mendes y Peter Kenyon […] en su participación como consultores externos en distintos fondos de inversión -QSI- radicados en el paraíso fiscal de la isla de Jersey«.

La UEFA ha estado siempre en contra de los fondos de inversión. En diciembre de 2012, Gianni Infantino, secretario general del organismo, declaró, tras un comité ejecutivo del organismo: «Todos sabemos que la propiedad de terceros supone muchas amenazas y que existen varios problemas sobre la integridad de las competiciones, así que ha llegado la hora de regularlo«. Por esas fechas, el presidente de la UEFA, Michel Platini, fue absolutamente tajante al declarar: «No estamos en el siglo XVI o XVII cuando existía la esclavitud. Es una cuestión de principios, de ética, de moral, debemos acabar con esta práctica que es nociva para el fútbol«.

Pasados más de tres años desde que la FIFA decidiera investigarlos y casi dos de las primeras declaraciones de un representante de la UEFA, los fondos de inversión, lejos de perder protagonismo y mucho menos de estar prohibidos, van cogiendo cada verano mucha más importancia y capacidad de decisión en cuanto al futuro de clubes y futbolistas.

Continuará …

Fotos:

Peter Kenyon y Jorge Mendes: El País.

Carlos Tévez y Javier Mascherano: AP.

Michel Platini: UEFA.