Por fin se hizo oficial la noticia que esperaban todos los atléticos. Diego Pablo Simeone rubrica un nuevo contrato que le ligará al Atlético de Madrid hasta el año 2017. El acuerdo llevaba meses redactándose, con Clemente Villaverde por un lado y Natalia Simeone, hermana del Cholo, por el otro, para acercar posturas.
Pero ha habido una particular separación de bienes. Ambas partes podrán romper su compromiso en caso de que las cosas vayan mal dadas y siempre sin tener que tener que indemnizar por ello. El Atlético de Madrid consigue evitar indemnizaciones millonarias si a la burbuja simeonística le da por explotarle en las manos tras una exitosa temporada y al argentino le permite abrirse las puertas a un futuro que le ofrezca nuevas ambiciones –léanse selección argentina o gigantes europeos-.
De lo que uno está convencido es de que detrás de todo ese papeleo, de todo ese entresijo de frases formales y triquiñuelas jurídicas, hay otra serie peticiones no escritas que el Cholo Simeone y todo aspirante a iniciar un proyecto a largo plazo en el Atlético de Madrid debería garantizarse. Principios básicos que, aunque son raramente vistos en este club en los últimos años, deben sustentar el crecimiento del proyecto e ir de la mano del trabajo diario del entrenador.
Porque, si yo fuera Simeone, lo primero que habría pedido antes de unirme en sagrado y rojiblanco matrimonio con el Atlético de Madrid sería que me hiciesen jurar con pacto de sangre que no me iban a desmantelar este equipo. Con sus más y sus menos, sus chapucillas por aquí y sus reconversiones por allá, Simeone ha sabido llevar hacia objetivos por encima de sus posibilidades deportivas a esta plantilla. Absurdo sería pedir que se retenga a Falcao. La ilusión nos lleva a querer que se quede no un año sino toda una vida pero su futuro está abocado a otros clubes que puedan llenar su cartera y su palmarés más que el Atlético.
Sí pediría, sin embargo, que la salida del Tigre trajese recambios, en plural, de nivel. Con la hipotética venta de Falcao y una buena tarea de la dirección deportiva se podrían pulir muchos defectos de la actual plantilla. Si no puedo tener una estrella, querré tener varios jornaleros sacrificados. Piezas con menos peso que el colombiano pero que engrosen el nivel de calidad del grupo. Casos de futbolistas buenos, bonitos y baratos los hay cada verano y la cuestión es dar en la tecla –podrían llegar a encajar los nombres de Leo Baptistao y Toulalan que ya suenan con fuerza en varios medios-. Mi sustituto, el que pediría si fuese el Cholo, sería rubio y con pecas y en la operación que llevase al colombiano a Londres me encargaría de que Courtois fuese por fin jugador del Atlético en propiedad.
Pero sigamos con la hoja de peticiones. Mantenido el grueso del bloque y apuntalados los defectos, es hora de exigir un poco más. Pediría al presidente que se mantuviera al margen de lo políticamente correcto en todas y cada una de sus apariciones públicas. En ocasiones, su afán por parecer simpático -sin serlo- llevan al club a asumir presiones innecesarias y a los jugadores a verse en encrucijadas sobre su futuro. Por no hablar de la vergüenza ajena que siente el aficionado medio, ese que sufre frío y sol a partes iguales con cáscaras de pipa en la grada del Vicente Calderón.
Hablando del Calderón, querría más Calderón y menos Peineta, que para algo lo uno es nuestro y lo otro de Dios sabe quién. Pediría también una sólida estructura de cantera, con apuesta real por los chavales y un rival que de verdad formase potenciales jugadores del primer equipo y no tuviera el corsé de salvar la categoría en 2ªB. Muchos Kokes, Saúles, Manquillos y Ólivers con ADN atlético y peso real en la plantilla.
Por último, pediría algo básico en todo equipo que aspira a dar el salto: exigencia y autocrítica. Y esto no depende ni del máximo mandatario ni del último recogepelotas sino que depende de la afición, el más preciado de los activos colchoneros. Que exija al jugador cuando no llegue a la pelota y le aplauda cuando cumpla, que critique los cambios a destiempo del entrenador y presuma de él en las tertulias de domingo con el cuñado vikingo y que exija mucho a los dirigentes. Que el oasis de los años de vino y rosas no provoque una amnesia de los fallos del pasado. Solo así el club, de la primera a la última pieza, seguirá por el buen camino. El Cholo ha sentado unas sólidas bases, pero ahora es momento de que él pida y todos ayudemos.
Un gran dia para el Atletico de Madrid.
Simeone a dado en la tecla y hay que reconocer que el Club también, primero al traerle y después al ofrecerle un proyecto en el que podamos creer.
La figura de Simeone, día a día se va haciendo más grande.
Siendo jugador ya es un Mito.
Pero como entrenador esta a los pies de otros mitos(aun le falta, pero va en camino de otros que todos conocemos y queremos: Luis, Antic…)
Un abrazo.
Yo pediría a Courtois y Falcao. Y subirle el sueldo a Diego Costa.