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El Atlético de Madrid jugó un pésimo partido. Sin paliativos. Casi en ninguna fase del encuentro tuvo el control del mismo, dejando la iniciativa a la Real Sociedad, que ella no quería, oiga, pero que si se lo ponían tan fácil, no iba a desaprovechar la oportunidad como profesionales que son. No parecía que los colchoneros se jugaran las últimas y escasas posibilidades en Champions, pero así era. Y el gol de Carlos Vela las esfumó.

La primera parte del partido fue un ir y venir de jugadores por el césped sin perseguir ningún objetivo. Diego no pudo jugar de inicio a causa de las molestia que viene padeciendo desde hace unos partidos. Sin el brasileño el Atleti juega sin cabeza. A pesar de que, como no podía ser de otra manera, Simeone alineó a todos los demás titulares. No se salvó Juanfran que tampoco había entrenado con normalidad durante la semana.

El partido pareció arreglarse un poco al inicio de la reanudación. Un Atlético un poco más alegre se animó a ir al ataque a recuperar el balón un poco más arriba. Y encontró premio en pocos minutos. Gabi recogió un balón en la frontal del área, se deshizo de un contrario y enganchó un potente y certero derechazo que alojó el balón muy cerca del poste derecho de la portería de Bravo.

Lejos de sentenciar el partido, el Atleti volvió a conceder a la Real la oportunidad de crecerse. Le cedió la posesión del balón y el terreno. Así comenzó el dominio donostiarra que terminó en asedio cuando el ínclito trencilla de turno, ayudado de forma inestimable por Gabi, lo expulsó por doble amarilla.

El gol se veía venir. Y llegó al final del partido, justo a tiempo para cercenar las renovadas ilusiones de la hinchada colchonera que se agarra a cualquier mínima posibilidad para ver de nuevo a su equipo arriba. El que más y el que menos había echado sus cuentas. Si el Atlético le gana a la Real y el Málaga pierde en Barcelona. Entonces, nosotros les ganamos a los malacitanos, y entonces …

No se equivoquen, estas no son las cosas del Atleti, son las cosas de no saber ganar los partidos como ocurrió en Sevilla hace tres días. No hace remontarse mucho más atrás en el calendario para comprobarlo.

El Atlético de Madrid deja atrás la clasificación para la Liga de Campeones un año más. Lo que debería ser una obligación cada año, se cambia por un torneo de categoría menor, impropio de la historia del Atleti. Queda el consuelo de la final de Bucarest del 9 de mayo. Pero la Liga, lo que es la Liga ha sido un desastre.