En plena euforia por el enésimo resurgir del otrora tercer equipo de España, llega un calendario al que la palabra exigente se le queda corta. Después de dos victorias holgadas y un empate en terreno complicado, al Atlético le toca dar el do de pecho en campos complicados y jugando en casa con rivales de la parte alta de la clasificación.
Habrá que seguir con la buena racha y seguir sin encajar goles (estadística más que brillante si se mira de reojo el curriculum reciente del equipo), seguir fortaleciendo la zaga y matar con chispazos de genialidad arriba. La receta parece sencilla, pero el equipo tendrá que enfrentarse a situaciones adversas, días en los que la pelotita no quiera entrar o en los que el rival llegue, marque y se encierre atrás. Ahí se verá el auténtico valor del Atlético del Cholo Simeone.
La cuesta de febrero empieza el último fin de semana de enero y terminará el primero de marzo. En apenas 35 días, seis partidos, cuatro de ellos fuera del Vicente Calderón. A esto tenemos que añadir una eliminatoria de la Europa League que, a buen seguro, a nadie le apetecería tirar por la borda tal y como están los ánimos a día de hoy en el Atlético de Madrid. Algo más de un mes en el que un equipo, corto de efectivos en verano y con probablemente tres salidas en el mercado invernal y ninguna llegada, tendrá que lidiar con lo puesto.
La primera llegada será Pamplona. Pese a la victoria del año pasado, hattrick del ahora franjirrojo Diego Costa, El Sadar es uno de los campos que peor se le han dado al Atlético en los últimos años. A esto habrá que añadir las bajas por sanción de Gabi y Diego. Menos preocupante es el primero, pero el segundo costará olvidarlo ya que no existe ningún jugador en la plantilla con sus condiciones y su peso en el equipo. Después visita el Calderón el Valencia, un equipo que vendrá algo escaso de fuerzas por el intenso mes copero de enero, pero que debería ser un rival directo por la tercera plaza (hoy por hoy, a mí, con la cuarta no me basta).
Doble ración de visitas las dos semanas siguientes a Santander y Gijón, campos complicados con equipos en zona peligrosa de los que en las segundas vueltas hacen el kamikaze para salvarse y pueden complicarle la vida a cualquiera. El plato gordo, sin duda alguna, será la visita del Barcelona al Manzanares el último fin de semana de febrero. A buen seguro que los azulgranas seguirán peleando la Liga por esas fechas y habrá que intentar volver a la magia del Calderón en esos partidos en los que ni Ronaldinho, ni Eto’o, ni Messi, ni nadie eran capaces de frenar al Atlético.
La última parada, ya en marzo, será Sevilla. El cuadro hispalense es este año sinónimo de irregularidad e incertidumbre pero la historia reciente dice que tampoco es una plaza en la que solemos salir con las dos orejas y el rabo. Rival directo también en la lucha por la Liga de Campeones. Seis partidos, dieciocho puntos de los que habría que sacar, siendo ambiciosos entre diez y doce.
Como guinda al pastel, una eliminatoria contra la Lazio los días 16 y 23. El cuadro romano ha vuelto a juntado a un grupo de perros viejos como Djibril Cissé, Andreas Klose o los ‘españoles’ Bizarri y Scaloni y se codean con los grandes por los puestos de Champions. A buen seguro que Simeone querrá llevarse una eliminatoria ante un club en el que ganó cuatro títulos tras abandonar el Atlético de Madrid.
Tengo muchas esperanzas en la Europa League, Jorge. Por lo visto hasta ahora, confío en que el Cholo les inculque la mentalidad necesaria para ir superando eliminatorias.
La Liga es diferente, ya que es más complejo mantener la intensidad durante tanto tiempo. Sobre todo si no te juegas mucho, por eso es fundamental, como bien dices, estos partidos. Si el Atleti se consigue enganchar arriba definitivamente tras este próximo mes de febrero entonces, el objetivo estará más cerca y esto hará que los jugadores puedan dar cada partido lo mejor de sí mismos.
Un abrazo, y que nos pillen confesados!
Si este fin de semana ganamos al Osasuna sin Diego, el Cholo habrá dado un paso importante a la hora de demostrar al público que él y sus tácticas son el motivo del éxito del nuevo Atleti y no la calidad individual de unos jugadores del plantel despertados por el efecto gaseosa del cambio de entrenador. Estoy realmente espectante… confiemos en Simeone y Koke. Yo lo hago.