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La Liga está a punto de empezar si la huelga de la AFE no lo remedia. Atrás quedan tres meses de malas noticias, de rumores, de hechos consumados. Muchos cambios se han ido produciendo y otros parece que se producirán antes de fin de mes. ¡Qué todo cambie, para que todo siga igual!

Gil Marín y Cerzo han vendido de una sola tacada y sin inmutarse al futbolista que más minutos había disputado y al máximo goleador de la temporada pasada. Dos futbolistas que deberían haber sido la base del equipo para las próximas temporadas, pero que entre que me quiero ir y que te invito a marcharte, se han ido. Y lo han hecho al estilo inconfundible del dúo: que parezca que quienes se quieren ir son los futbolistas, mientras ellos quedan como los guardianes del sentimiento atlético.

Muchos siguen esperando grandes fichajes, pero que no se terminan de hacer realidad, pese a los insistentes rumores de la llegada de Falcao que, como saben, declaró el domingo que el Atleti sería una oportunidad en su carrera. Esta vez no ha sido por falta de tiempo ni de dinero, pero me río de los culebrones sudamericanos. Y así, el Atleti empezará de nuevo una temporada con fichajes de última hora y veremos si no se produce alguna salida el mismo día que termine el plazo como ha ocurrido en las dos últimas temporadas.

Creo que se equivocan quienes piensan que en el Atleti no hay planificación. La hay y muy definida: dejar que el tiempo transcurra, marear a la afición a través de la prensa amiga, hacer promesas que nunca se cumplen y vender burras a tutiplén. La estrategia funciona como el primer día.

Muchos atléticos se preguntan por qué no se han invertido ya todos los millones recaudados y no se dan cuenta de que los objetivos de Gil y Cerezo para el Atleti, no coinciden exactamente con los suyos. Muchos de los que van al Calderón asidua o esporádicamente confunden el objeto de su ira e insultan gravemente a Kun y a De Gea por deshonrar al Atlético de Madrid y a su afición y no miran a quienes llevan 24 años deshonrándolo diariamente.

Kun y De Gea triunfarán en Inglaterra, si no pasa nada extraño. Al argentino le han bastado treinta minutos para deslumbrar a la Premier con dos goles y un pase de gol. Y el toledano será el portero del United durante muchos años una vez que se asiente en la portería y deje los nervios en los túneles del Old Trafford. Mientras, Gil y Cerezo seguirán contando los billetes de libras esterlinas que les han llovido del cielo inglés.

A pesar de desmontar el equipo cada verano, la gente se ilusiona cada pretemporada con su Atleti porque sin ilusión y sin pasión no hay fútbol. Agradece cualquier nombre que filtra Gil, se entusiasma con el sustituto del Kun, aunque éste no exista, y cree que se invertirán los millones cobrados en los traspasos de este verano. La afición vuelve a idolatrar a Forlán, defenestrado la temporada pasada, casi el mismo día en que se alegra por una posible venta que lleve al uruguayo hasta el Inter de Milán para así facilitar la llegada de Falcao.

La gente está en todo su derecho a ilusionarse, agradecer, entusiasmarse, pitar, idolatrar, volver a pitar y creer que los milagros existen en el fútbol, pero al final la realidad es otra. La realidad del Atleti es la que imponen Gil y Cerezo desde hace ya demasiado tiempo y que no cambiará aunque fichen a Falcao, Diego y Osvaldo. Una realidad dura, cruel y jodida para los que amamos los colores rojiblancos y que hace que ya no me ilusione nada de lo que ocurra en el Atlético de Madrid.