A Adrián López le ha tocó llegar al Atlético de Madrid en medio de una gran tempestad. Con solo 22 años, una medalla de campeón de Europa Sub21 sobre el cuello y calzando una Bota de Oro de ese mismo torneo, su llegada no ha sido tan mediática en el Atlético de Madrid como cabría esperar. No es fácil pretender ser noticia en un caótico verano en el que De Gea ha decidido suceder a Van der Sar, el Kun Agüero ha escupido a la mano que le dio de comer y Forlán terminó por divorciarse de un equipo en el que ha vivido cuatro años dignos de la mejor montaña rusa.
Pero Adrián, que lleva en las venas el espíritu combativo de los teverganos, quería su parte de protagonismo. Apostó fuerte por venir al Atlético desde antes de que los focos le apuntasen en Dinamarca y tuvo que luchar contra el todopoderoso Lendoiro para salir a coste cero al equipo donde triunfó su idolatrado Fernando Torres. Y llegó. Y se encontró con una preocupante carestía en la vanguardia del equipo. Y allí estaba él para, con sus armas, hacerse un hueco en el Vicente Calderón. Respondió con nota en las siempre incómodas previas de la Europa League haciendo el trabajo sucio mientras la dirección deportiva intentaba (con más sombras que luces) traer al delantero que hiciese olvidar a una de las parejas más importantes de la centenaria historia rojiblanca.
Tres goles y cuatro asistencias son su tarjeta de presentación en los cuatro partidos continentales que ha jugado. Adrián sabe que no será un referente en el Calderón, pero asume su rol de secundario a la perfección. Su sorprendente pretemporada ha provocado que algunos aficionados optimistas ya comparen su juego con el del mismísimo Kiko. Pero yo te recomiendo que no intentes parecerte a nadie. Escribe tu propia historia, porque tienes mucha tinta en tus botas. Escribe siempre despacio y con buena letra. Pronto las portadas irán todas para Falcao, para Reyes y puede que para Diego Ribas y otros compañeros de vestuario, pero la afición colchonera es agradecida y valorará tu trabajo en la sombra.
A lo largo de los tiempos, muchos jugadores han entrado en la historia por su constancia, su esfuerzo y su sacrificio. Y ahí, Adrián, encaja a la perfección. Que nadie piense que ha llegado un goleador porque no lo es. De hecho, sus números de cara al arco en apenas cuatro partidos son similares a los que ha hecho durante temporadas enteras con sus anteriores equipos. Este trotamundos del fútbol ha vivido, pese a su corta edad, experiencias en Oviedo, Coruña, Álava y Málaga, pero ahora viene para echar raíces y convertirse en un escudero de lujo para Falcao. Sus desmarques y sus expediciones a la banda serán un quebradero de cabeza para las defensas. Su finalidad, que el colombiano aproveche esa labor y tenga que trabajar menos.
Mis cartas están sobre la mesa. Este jugador es mi apuesta personal para la presente temporada. Ojalá que el tiempo no me quite la razón.
Suscribo sus palabras Don Jorge. Es el gran descubrimiento de la temporada. Me duele que tal vez no vaya a disfrutar de una titularidad continuada, espero que el párroco Don Gregorio encuentre (o quiera encontrar) un hueco para él.
Un abrazo.