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Los partidos entre el Atlético y el Sevilla siempre son partidos cargados de tensión, partidos declarados de alto riesgo por la Federación en los que una victoria vale más que 3 puntos. En este partido en concreto la victoria valía siete u ocho puntos. Dos equipos que empezaron fuertes y se han ido desinflando con el paso de las jornadas y que ahora se ven envueltos en una lucha por alcanzar la séptima plaza que da derecho a jugar la próxima edición de la Europa League. Con estos apuros por puntuar y con la designación de Mateu Lahoz (ese árbitro a la inglesa que sólo para el juego cuando hay sangre de por medio) el partido se convirtió en una locura a la que los colchoneros estamos acostumbrados, e incluso disfrutamos de estos partidos anárquicos con intercambios de dominios, pero de la que ayer no supimos aprovecharnos.

Primero porque Forlán, el ex-goleador, tuvo otra actuación lamentable. Acabó siendo sustituido entre pitos y se marchó directamente al vestuario con su cabreo a cuestas. Lleva ya 7 jornadas sin marcar y jamás le ha hecho un gol al Sevilla en 12 partidos (5 con el Villarreal y 7 con el Atlético).

Y segundo porque Agüero no estuvo fino y cuando el Kun no está fino, hay problemas. Y eso a pesar de que tuvo la mejor ocasión del partido en un libre indirecto por cesión al portero. Tiago, muy inteligente, le quitó el balón de las manos a Javi Varas y sacó rápido para el Kun, cuyo disparo se estrelló en las piernas del arquero. Y esas son de las que no falla el argentino.

Quique Sánchez Flores volvió a alinear un once titular distinto, por 70ª vez consecutiva. Volvió a poner de titular al canterano Koke, aunque por la banda izquierda. Es curioso como Quique manda mensajes sin abrir la boca. Koke de titular mientras Elías (7 millones) veía el partido en la grada y Juanfran (4.2 millones) en el banquillo. Suyo fue el gol del empate de cabeza, tras un gran pase de Forlán (que fue lo único que hizo bien), y su primer gol en el primer equipo tras 12 partidos.

Antes de eso se había adelantado el Sevilla por medio de Negredo, que ya nos ha marcado 5 goles en 8 partidos (4 goles en 5 partidos con el Sevilla).

Tras el empate de Koke al poco de comenzar la segunda parte, volvió el dominio colchonero. Tiago se ha hecho con el control del centro del campo definitivamente. Raúl García, por otra parte, sigue dando muestras de que el equipo le queda grande. No dudo de que sea un buen jugador ni de que triunfaría en ligas como la alemana o la inglesa donde se llevan más los mediocentros físicos, pero en el Atleti, en esta liga, no da el nivel. Perdió muchos balones fáciles y abusó del pase largo, y en defensa llegó tarde casi siempre.

Y cuando parecía que el Atlético iba a adelantarse en el marcador, llegó el gol de Rakitic. El ex del Schalke, por el que el Atlético iba a pagar hasta 10 millones en el mercado invernal y que finalmente recaló en el Sevilla por 1.2, marcó su segundo gol en dos jornadas consecutivas. García Pitarch no sabía donde meterse.

Tras el gol del Sevilla, el partido se volvió más loco aún, en un intercambio de contragolpes. En uno de ellos, Reyes se quedó solo ante Javi Varas y le batió por bajo estableciendo el empate definitivo. Cuarto gol del sevillano en Liga (todos en 2011) y su primer gol al Sevilla desde que se marchó en el 2004 rumbo a Inglaterra. Por cierto, no celebró el gol y pidió perdón a la afición sevillista.

Con el empate se llegó al final del partido. El Atlético vuelve a pinchar en casa. No gana en el Vicente Calderón desde el 17 de Enero. Desde entonces ha perdido 3 partidos (Real Madrid, Athletic y Valencia) y ha empatado 1 (este con el Sevilla).

Atlético y Sevilla se van con un punto cada uno, un punto que no les sirve a ninguno de los dos. Lo peor de todo es que el Atlético pierde el golaverage particular con el Sevilla, muy importante en la lucha por puestos europeos. Dentro de un tiempo nos acordaremos de estos puntos perdidos. Ya verán.