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La defensa del Atlético es un circo. La culpa la tienen, a partes iguales, los dueños del club y el entrenador. Los dueños porque siguen fichando jugadores mediocres, que no podrían jugar ni en la Segunda división, gracias a los consejos de García Pitarch, director deportivo, director técnico, secretario técnico, ojeador o lo que sea que haga este señor. Sea cual sea su trabajo, lo hace mal. Pero él sigue viajando a Brasil (allí ya le llaman Suso, empieza a haber confianza) a buscar jugadores que nadie querría ni allí. Y ojo, se rumorea que en junio vendrá un tal Miranda. Agárrense los machos.

El entrenador también tiene su parte de culpa. Ha terminado por desquiciar a los jugadores con tanto castigo y tanto cambio de posición. El gilifato ficha medianías, sí, y vende a los buenos sí. Pero de vez en cuando se deja aconsejar bien y ficha a defensas como Godín, o te sale un canterano como Domínguez. Pues bien, hoy han vuelto a quedarse fuera. Lo de Domínguez es un castigo que le impone Quique al entorno de Domínguez. Sinceramente, a mí me da igual el entorno de Domínguez o los problemas que pueda haber entre ellos y el entrenador. Lo único que quiero es que el Atlético no acabe perjudicado por problemas personales.

Ya que nuestros mejores centrales no juegan, Quique puso de centrales a Perea (rápido al cruce pero horrible con el balón en los pies) y a Ujfalusi (nuestro mejor lateral). Como el lateral derecho quedó libre, no quedó más remedio que poner a Valera. Y por si fuera poco, decidió poner en el lateral izquierdo a Antonio López, castigando a Filipe por sus últimos errores. Esta defensa, lejos de ser la mejor, es la que se plantó en El Molinón ante un equipo necesitado de puntos para salir de los puestos de descenso.  Y pasó lo que tenía que pasar.

Raúl García, ese eterno jugador promesa, Assunçao y Elías, nuestro nuevo flamante fichaje (nótese el sarcasmo), eran los encargados de crear el juego del equipo. Ya se imaginarán Vds. cómo jugó el Atleti. Para muestra un botón: el primer disparo a puerta del conjunto colchonero fue en el minuto 93, y lo hizo Valera de cabeza. ¿Hay que decir más?

Por si fuera poco sufrimiento ver jugar a este equipo (que encima no contaba con Agüero ni Reyes, lesionados ambos por el Real Madrid), el Atleti le regaló el partido al Sporting en una jugada que dio vergüenza ajena. Un balón lateral sin ningun peligro en la frontal del área del Atlético le llegó a Perea para que le pegara el patadón. Raúl García, que pasaba por allí no se sabe muy bien para qué, amagó el control, confundió a Perea que se quedó a mitad de despejar, ninguno de los dos tocó el balón, y chocaron entre sí. Cómico. David Barral, que no daba crédito a lo que veía, se encontró el balón y lo metió en la portería. Manos a la cabeza y fin del partido.

Esta defensa no funciona. Ujfalusi es mejor lateral que central (aunque juega bien de todo). Valera no es válido, Antonio López está lento y Perea es desesperante. Mientras, los buenos están en el banquillo, y sólo Quique sabe por qué.

Pitarch fichará a Miranda para solucionar esta situación.