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Tras la eliminación europea, llegaba el Atlético a Málaga con ganas de redimirse con una nueva victoria liguera que le volvería a acercar a los puestos de Champions. Enfrente, el Málaga de Pellegrini enfrascado en puestos de descenso y con la necesidad urgente de dar una alegría a su afición. Como curiosidad, la temporada pasada, el Atlético no consiguió hacerle ningún gol al Málaga. Con muchos jugadores pensando ya en las vacaciones navideñas, fue Simao, que ya sabía su inminente traspaso al Besiktas turco, el que decidió llevarse el partido.

Saltó el Atlético con un raro 4-3-3, con Raúl García, Assunçao y Tiago en la medular, y Simao, Reyes y Agüero arriba. Y digo raro porque no es a lo que nos tiene acostumbrados Quique, pero con la venta de Simao este esquema parece inevitable. El partido comenzó con un juego centrocampista e impreciso donde Tiago se hizo dueño y señor. Así se jugaron los primeros 20 minutos, con frecuentes pérdidas de balón, mucho respeto por ambos conjuntos y apenas ocasiones claras.

Y ahí llegó Simao, el resultado del último desastre económico y de gestión deportiva de la dupla Gil-Cerezo, otro capitán vendido y en mitad de temporada. Cogió el balón en banda izquierda, se preparó para lanzar la falta, echó un rápido vistazo a la situación de sus compañeros y puso un balón templado que Tiago remató al fondo de la red ante la mirada impasiva de la defensa malacitana.

Pocos jugadores pueden tener la calidad tirando faltas que tiene Simao. Desde que se marchó Pantic, tampoco se habían visto muchos por el Calderón. Albertini o Jugovic fueron candidatos, Reyes también es buen lanzador, pero no comparables a Simao. Lástima que no le pondrán otro ramo de flores en el córner, ya que los córners no son su fuerte. Tendrían que ponerle uno en la frontal del área, escorado a la izquierda, posición ideal para el portugués. De ahí salieron los goles al Recreativo en Copa o el gol al Barcelona que Simao colocó al mismísimo palo de Valdés. Cómo le vamos a echar de menos…

Tras el 1-0 el partido continuó con más de lo mismo. El Málaga intentó la igualada también a balón parado, pero De Gea solventó bien las que fueron a puerta. Y así sin mucho juego, se llegó al descanso.

En la reanudación, el Málaga, sabedor de la importancia de los puntos de esa noche, metió recambios para dar más peligro a los ataques con Fernando y Portillo. Los primeros 10 minutos de la segunda parte, El Málaga sí metió mas miedo al Atlético y se adueñaron del partido. Pero el conjunto colchonero aguantó la embestido y volvió a equilibrar el juego del centro del campo.

Y en esto que llegó Simao otra vez. Otra falta que preparó Simao en la frontal (un poco más lejos que su posición ideal) y centró al corazón del área. Allí Domínguez cabeceó con apuros empujado por un defensor, el balón le cayó a Tiago que centró otra vez de cabeza, y de nuevo Domínguez, esta vez sin marca, introdujo el balón en la portería con la cabeza. Gran desastre de la defensa del Málaga con los marcajes y buen gol de estrategia atlético.

Dos minutos después misma situación, una falta en la banda izquierda muy cerca de donde se produjo la primera. Una vez más, Simao centró a la perfección y Tiago cabeceó el balón a gol. Tercer gol a balón parado, tercer gol de cabeza. No puedo recordar cuándo fue la última vez que algo así sucedió en este club.

Así se llevó el Atlético los 3 puntos de La Rosaleda, donde no ganaba desde 2005, y se acerca a los puestos de arriba (a 2 puntos de puestos Champions). El Málaga, seguirá en puestos de descenso.