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Dicen que el Atleti jugó el domingo por la tarde un partido de fútbol. Dicen, pero yo no lo termino de ver. Debe de ser que a cualquier cosa le llaman fútbol. Los mercachifles nos venden milongas los mercachifles microfónicos a costa de un señor venido de Italia, pero que antes estuvo en Inglaterra aunque nació en Portugal.

Pero, de fútbol nos venden poco porque no hay. O hay poco, más bien todo el fútbol lo tiene un equipo, los demás a contemplar la vida. Eso sí, un fútbol sin emoción. Algunos ya piensan que está más cerca el día del Juicio Final que el día en que el Barcelona pierda un partido. Así como se lo cuento.

Por estos derroteros anda el fútbol patrio. Con el mejor equipo del mundo y con varios de los peores que uno recuerda.

– Oiga, que no son varios, que son muchos.

– Ya, pero es por ser generoso, que casi es Navidad.

– Si es por eso, adelante, siga con la crónica.

Y en estas, que al Atleti le toca ir a Málaga, uno de tantos equipos que pululan la Liga Española hecho de retales y remiendos venidos de varias partes del planeta. Pero como el rojiblanco es un equipo imprevisible, (Pellegrini dixit) uno no sabe qué versión le va a tocar, como la caja de bombones de Gump, Forrest Gump.

A Quique le dio por cambiar de táctica, dibujo dicen los modernos que, otra cosa no, pero se las pintan para inventar palabras que nada tienen que ver con el fútbol. Dejó en el banquillo a Forlán, no hace mucho, el Cid de los rojiblancos que marcaba goles sin despeinarse, para salir con un trivote, aunque a mí me gusta más escribir con tres volantes, donde va a parar.

Eso dejaba solo al Kun en la punta y a otros dos, se supone que atacantes, Reyes y Simao para ayudar a combinar en el centro del campo y apoyar a Agüero en el ataque. Pero, ni una cosa ni la otra. Al menos durante el primer tiempo en que el equipo andaba desconcertado. Mientras el Málaga missing in action.

Así andaba el partido hasta que una falta lanzada perfectamente por Simao fue cabeceada de forma soberbia Tiago. Simao Sabrosa al que parece que van a regalar ahora en diciembre.

– Y no lo pudieron vender en verano?

– Pues, parece que no, que Pitarch andaba en otros asuntos.

– Y tiene que ser ahora, oiga, que es no ganamos ni un euro y nos costó 20 millones, se podría ir en verano, ¿no? Así lo aprovechamos lo que queda de temporada.

– Pues va a ser que no.

– Que el presidente dice que no sabe nada.

– Pues, entonces, como siempre.

El Atleti, lejos de serenar el juego y combinar siguió con su ritmo cansino y trotón fallando pases a diestro y siniestro, con Reyes en plan estelar en cuanto a esta faceta del juego se refiere. No hubo quien lo ganara y mira que muchos lo intentaron.

El partido, o lo que fuera, lo remató el Atleti con un segundo gol de falta en la que los protagonistas fueron los del primer gol. Aunque esta vez Tiago se la cedió de cabeza a Domínguez que estaba más solo que Robinson Crusoe en su isla. Pero, faltaba un tercer gol, de nuevo de cabeza, de nuevo de Tiago, de nuevo lanzada por Simao. Lo dicho, un equipo impredecible, lo mismo lleva tres años sin marcar un gol de cabeza que marca tres del tirón.

A partir de ahí el Atlei sí que se pareció más a un equipo de fútbol tocando y controlando el juego, pero claro por entonces el Málaga ya estaba entregado. Más si cabe.

Terminó el partido, con el Atleti ganando por tres goles a cero fuera de casa. Lo que no significa que Quique vaya a alinear a tres volantes de nuevo en el partido de Copa o jugará con el clásico 442, sino todo lo contrario. Lo que es un equipo impredecible, vamos.

A la contra: espero con atención la alineación de Quique el próximo miércoles.

El apunte: el Atleti ganó el tercer partido fuera de casa de esta temporada, uno más que la pasada que ganamos dos. Lo cual no es decir mucho, más bien es poco.

Corona de laurel: para Simao, por sus tres lanzamientos de falta.

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